FREEZE!
Hoy experimenté un episodio de cansancio extremo, sin razón aparente, ya que había dormido mis ocho horas. Pero cometí el error de echarme un maratón de Squid Game, con lo cual tuve pesadillas toda la noche. Si le sumamos el pésimo desayuno que me preparé, lleno de azúcar y carente de proteínas, también puse a la glucosa como sospechosa.
Para rematar, llegaron a mi mente todos los pendientes que tengo para esta semana. Mi sistema nervioso se saltó el paso de entrar en lucha o huída. No encontré contra quién luchar o de qué huir.
De modo que me desplomé en el sillón y perdí cuatro horas muy valiosas de trabajo. Estoy casi seguro de que se trató de un colapso dorsal vagal por estrés. La buena noticia es que ya estoy como nuevo gracias a mi caja de herramientas de wellbeing.
En el post anterior hablé sobre el estrés, sin embargo no traté el tema de la teoría polivagal, lo cual es una pieza súper importante del rompecabezas con respecto a la manera en que funciona nuestro sistema nervioso autónomo.
Me pasó algo que yo llamo la dormilona: esas siestas innecesarias y eternas de las que no puedes despertar por más que quieres. Abres los ojos y se te vuelven a cerrar una y otra vez, una y otra vez…
MI CAJA DE HERRAMIENTAS
Te cuento cómo salí de ese ciclo vicioso: primero intenté la respiración de 16 tiempos que nunca me falla. Inhalas en 4 tiempos, retienes 4, exhalas en 6 y retienes 2. Pero el cansancio era tal que no lograba levantarme. Así que hice algo súper raro pero que me sirvió. Puse mi garganta a vibrar para activar el nervio vago (humming en inglés).
Enseguida repetí en mi mente mi mantra (estoy bien, estoy a salvo). Y usé la regla de los 5 segundos de Mel Robbins. Conté 5, 4, 3, 2, 1,0… y al fin me levanté. De ahí me tomé de fondo un vaso de agua con electrolitos. Luego me senté unos minutos con los pies en mi grounding mat. De ahí salí a la terraza a que me diera un poco de Sol e hice mis movimientos de Chikung para jalar energía de la Tierra y del Sol.
Después me tomé un shake de proteína con maca, cacao y cúrcuma. Usé TODAS las herramientas que se me ocurrieron.
Como no tenía la energía disponible para un workout decidí hacer un poco de yoga. Y de ahí un regaderazo de agua fría que finalmente me revivió.
Esto no me pasaba hace mucho y por eso recurrí a todo mi arsenal jajaja. Solo me faltó invocar a todos los arcángeles.
El problema con estos bajones de energía es que a veces los confundimos con tristeza y hasta con depresión. No siempre es el caso. En mi caso, estos han sido días muy felices, en compañía de mi familia y de buenos amigos y amigas, así como de contacto con la Naturaleza. A veces simplemente necesitamos descansar, otros hidratarnos y otros activarnos.
TEORÍA POLIVAGAL
El Dr. Stephen Porges nos muestra con esta teoría la forma en que nos relacionamos con nuestro sistema nervioso autónomo (SNA), mismo que él define como nuestro sistema de vigilancia personal.
Gracias a este sistema de cables con el que estamos diseñados, logramos sobrevivir sin necesidad del pensamiento consciente.
Si de por sí, ya batallamos con el multitasking, imagínate decirle a tu diafragma cuándo moverse, a tu corazón cómo latir y a la sangre cómo circular. Esta es la maravilla de contar con un sistema automático que nos mantiene vivos. El problema es cuando un estímulo interno o externo nos saca del equilibrio.
En el ensayo anterior hablamos sobre dos fases del SNA, simpático (lucha o huída) y parasimpático (reposo y calma). Podríamos decir que son el acelerador y el freno de tu coche respectivamente.
Aquí vamos más a fondo:
Según la teoría polivagal, el sistema nervioso autónomo responde a las señales del cuerpo y del entorno a través de tres vías: vagal ventral, simpático y vagal dorsal. No te las tienes que aprender, solo trata de entender tus tres fases.
Si te encontraras en un callejón de noche que percibes como peligroso, se va a activar tu alarma interior. Aquí entra el vagal ventral como primera alternativa, lo cual sería buscar ayuda en alguien más. Si te encontraras con un asaltante se activaría el segundo mecanismo que conoces bien: lucha o huída (simpático).
En ese caso hipotético decides no luchar porque el asaltante tiene una pistola, y no tienes escapatoria porque es un callejón. Aquí es cuando entra una tercera opción que tienes instalada en tu programa: el vagal dorsal. Algunos le llaman freeze y es el que incita a la inmovilización para protegernos. Es como los animales que se hacen los muertitos para que el depredador los ignore y los deje en paz.
En resumen:
Vagal-ventral, desarrolla en nosotros el compromiso social y la conexión y que se da en un entorno de seguridad.
Simpático, que nos prepara para el movimiento (lucha-huida) ante un peligro.
Vagal-dorsal, incita a la inmovilización para protegernos. 1
EL ABUSO Y SUS REPERCUSIONES
Aquí integro un tema serio y muy delicado, pero importante.
Según el Dr. Manuel Hernández, presidente de la asociación española del trauma psicológico, mientras más veces se haya producido la inmovilización (o congelación) en edades tempranas, más probabilidades hay de que se repitan en el futuro. Esto explica porqué personas que han sufrido abusos de niños (psicológicos, físicos o sexuales) tienden a no reaccionar e inhibirse cuando son abusados como adultos.
Cuando no logramos entender esos horribles casos de víctimas que fueron abusadas y que no lucharon o no huyeron, esta es la respuesta. Su cuerpo reaccionó con el freeze para que pudieran sobrevivir.
“Esta rama dorso-vagal es la parte del sistema nervioso que trae la respuesta de disociación y colapso. Apaga todos los sistemas de tu cuerpo. Induce una baja frecuencia cardíaca, una respiración superficial, hay muy poca energía en el cuerpo y puede traer la disociación, no va a haber memoria, la persona se olvida, porque la cantidad de sangre que llega al cerebro es muy baja. Todo el sistema queda apagado, por tanto también cambia el estado mental.
El sentido de que el cuerpo se colapse es que, si lo hace ahora, quizás después sobreviva. Si la persona ve que no tiene escapatoria, el sistema dorso-vagal la va a sacar de allí mentalmente, mediante el colapso o la inmovilización
Es una respuesta de supervivencia porque así quizás vas a sentir menos el dolor, es una respuesta de evasión. Se llama disociación, en psicología. Su cuerpo está ahí pero su mente se va a otro sitio. Es un acto totalmente inconsciente.”
Fuente: CuerpoMente
Si fuiste víctima de algún abuso espero que esto te dé un poco de luz en tu camino de sanación. También es importante que consultes a un especialista, por ejemplo la terapia cognitivo conductual o terapia dialéctica conductual son una buena opción.
PARA CERRAR
Los bajones de energía pueden tener muchas causas y muchas soluciones diferentes. En la teoría polivagal puedes encontrar algunas respuestas, o al menos un pieza valiosa del rompecabezas para recuperar tu energía y gestionar tus reacciones al estrés.
Pregúntate de qué te estás escapando inconscientemente. ¿Qué estás reprimiendo o suprimiendo que te hace entrar en estado de congelamiento?
Aprende a entrenar a tu piloto automático (SNA) para tu más alto bien.
Proximamente hablaré sobre el asombroso Nervio Vago, y verás como este es tu gran aliado para gestionar el estrés.
Te deseo una vida llena de paz y de alegría por vivir.
Reconecta contigo
— San Saldívar
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