Me asombra que ya estamos en el newsletter #30. Es el primero que escribo desde el avión. Está amaneciendo y en el horizonte de nubes se alcanza a apreciar la curvatura de la tierra.
Es un vuelo transatlántico y, por suerte, me tocó junto a una señora muy amable y tranquila. Desde que terminó de ver su película, La Monja 2, (WTF) se jeteó como un perro al sol.
Espero que no esté teniendo pesadillas jajaja. Cuando inevitablemente yo volteaba a ver su pantalla había escenas de una monja con cara de monstruo aterrorizando a la gente.
Si estás leyendo esto dudo que vayas a ver esa mamada. Porque como spoiler, te cuento que al final la monja se prende en fuego.
INGENIERÍA AEROESPACIAL
Vivimos en un tiempo de tecnologías impresionantes que damos por hechas.
Estoy volando a una velocidad de 1,013 kilómetros por hora, a una altitud de 11.88 km y una temperatura de -54 grados centígrados en un aparato de metal de varias toneladas con alas y turbinas.
Hemos recorrido 9,699 km en menos de 10 horas. Sería el sueño de muchos exploradores de la antigüedad. Este aparato se mueve con energía de combustión salida de una pócima de seres microscópicos y macroscópicos que vivieron hace millones de años.
INTELIGENCIA COLECTIVA
Este tema aeronáutico me recuerda que somos una especie con inteligencia colectiva. Estos grandes avances se han dado gracias a nuestros antepasados, que fueron innovando, descubriendo y emprendiendo constantemente.
El ser humano no solo contamina el aire, el agua y la tierra, o se pelea en guerras. También es un ser co-creador, bondadoso y capaz de hazañas espectaculares.
Tenemos la capacidad de lograr cosas extraordinarias cuando nos ayudamos los unos a los otros.
Este avión fue producto de décadas de ingeniería y mejora continua. Se ha logrado con el talento y el ingenio de diversas mentes trabajando en equipo con un fin en común: romper el paradigma de que el ser humano no puede volar.
Cuando sueñas en grande eres capaz de cosas fuera de lo común, como volar sobre las nubes a cientos de kilómetros por hora.
LA CAPACIDAD DE ASOMBRO
Hemos perdido en la adultez la capacidad de sorprendernos. Hemos dejado de ser niños con esa curiosidad por todo.
Es escaso ese asombro por lo que se esconde en lo cotidiano. Por eso es súper importante darnos cuenta de repente que vivimos un milagro todos los días.
Vives en un planeta azul lleno de vida que gira alrededor de una estrella a un ritmo perfecto y constante para generar ciclos virtuosos con sus estaciones.
Tu cuerpo es otro milagro de la ingeniería de la Naturaleza. Billones de células trabajando en armonía para que tu corazón lata, tus músculos se muevan y tus pulmones intercambien O2 y CO2 en la dosis correcta para ti.
PARA CERRAR
Solo venía hoy a recordarte que, si te abruman tus pendientes, tus problemas o el futuro incierto, te detengas unos segundos a observar todo lo maravilloso que existe dentro de ti y alrededor de ti.
Acuérdate que todo pasa. Por eso a los problemas les decimos pedos en México. Porque ningún pedo es para siempre. Tarde o temprano se libera en el aire.
Recuerda que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Y tienes en tus manos ese poder para decidir. De modo que si te enfocas en lo bueno, tu inconsciente se va a encargar de encontrarlo, segundo a segundo.
Te deseo una semana llena de asombro por la belleza y la inteligencia escondidas en lo cotidiano.
¡Ahó!
Reconecta contigo.
Gracias, San la lectura de hoy cae como anillo al dedo. De alguna forma todo es etéreo, la capacidad de asombro de las cosas cotidianas, pequeñas o grandes nos devuelven la alegría de vivir!!
Abrazos
Gran recordatorio San! Nunca dejes de hacer lo que haces