La Contemplación - Un Regalo
RECONECTA CONTIGO: 038
Llevaba toda la semana pensando sobre qué te iba a escribir hoy. Luchando y tratando de encontrar inspiración con la mente no logré nada más que estresarme.
Además, con el contexto actual, llevaba todo el día de pésimo humor y con baja energía. Hasta que reaccioné hace apenas unos minutos y me salí a la terraza a contemplar.
¿QUÉ ES LA CONTEMPLACIÓN?
Si ya llevas algunos intentos fallidos aprendiendo a meditar y estás a punto de tirar la toalla, te invito a aprender esta técnica maravillosa. Contemplar se trata simplemente de sentarte y descansar tu atención en las cosas.
Fíjate como he dicho descansar tu atención y no forzar o controlar tu atención, es bien diferente. Para que lo entiendas mejor te cuento cómo le hice hoy.
Como hace calor y está atardeciendo solté mi celular en una mesa y salí a la terraza. Regué las plantas y eso me empezó a relajar. Después me senté a ver la barranca llena de árboles frente a mí. Inhalé profundo y exhalé más profundo.
Lo primero que noté fue a uno de los colibríes que, poco a poco, perdiendo el miedo, se acercó a tomar su néctar en el bebedero que les puse. Vi sus plumas verdes brillando con el sol del ocaso y sus patitas agarradas a una de las plantas.
La canción que tenía sonando en repeat en mi cabeza se calló por fin para darle oportunidad a la Naturaleza de cantar.
Del otro lado de la barranca se escuchaba el sonido de unas persianas chocando una contra la otra en una puerta entreabierta.
También llamó mi atención la voz de una señora que le hablaba con mucho cariño y dulzura a sus tres cachorritos recién nacidos. Inhalé y exhalé. Lento.
De izquierda a derecha voló un pájaro con unas alas y una cola muy particulares. Pasó un helicóptero brevemente y salté al oír a unos perros peleando a una cuadra.
Una brisa acarició la parte derecha de mi cuerpo y llenó de vida a los árboles enfrente de mí. Las hojas moviéndose eran un sound healing natural.
Una sinfonía de pájaros llenó el ambiente anunciando que iban de regreso a sus casas. Me recordó algo que de niño nombré la hora de los pájaros.
Eso le decía a mi abuelita muy emocionado cuando sucedía en los atardeceres de la Ciudad de México, porque en ese tiempo había muchísimos, era todo un espectáculo urbano.
Inhalé… exhalé… Y recordé mi agradecimiento del día. Abrí el corazón para dar gracias por este momento irrepetible. Pude haberme perdido todo esto si me hubiera dejado atrapar por el remolino de las redes sociales y las noticias que te succionan el alma.
En cambió, tomé esa buena decisión, la cual cambió mi estado mental y emocional en menos de 10 minutos. No tuve que recitar mantras ni hacer mudras con las manos. Mucho menos intenté poner la mente en blanco.
No tuve que sentarme en posición de loto ni ponerme una túnica blanca o prender inciensos. No necesité checar si Mercurio está retrógrado o si la luna llena está en Tauro. Solamente me senté en una silla a contemplar.
Este fin de semana tuve la fortuna de visitar a mi hermano y pudimos sentarnos a contemplar el mar. Sin necesidad de hablar veíamos los infinitos tonos de azul en el agua.
Observábamos la perseverancia de los que cazaban las olas para surfear. Respirábamos el olor salado y fresco del mar y nuestros pies se hundían en la arena con cada ola que nos alcanzaba.
Esos regalos que nos da la vida alimentan el alma en esta y en otras vidas.
CÓMO SE HACE
Tú ya sabes contemplar perfectamente, porque fuiste niño(a), y eso era lo normal para ti. Cada detalle era algo nuevo y fascinante: El olor de la tierra mojada después de la lluvia o el pasto recién cortado. Los caminitos que siguen las hormigas, las formas de las nubes y la geometría sagrada de las flores.
Cuando te sales de tu cabeza y te arraigas a la Tierra, es cuando la paz regresa. Cuando te sales del sufrimiento emocional del futuro y del pasado, la alegría vuelve a su casa… a ti.
Esto es el famoso mindfulness. Así de simple. Puedes tomar un curso de un año para aprender qué es, o puedes simplemente sentarte un ratito y experimentarlo.
Es la consciencia plena. Sin querer cambiar las cosas. Siendo el observador de todo lo que sucede alrededor de ti.
Cuando ya aprendiste a soltar y a desapegarte, ahora vas aprendiendo poco a poco a descansar esa misma atención dentro de ti. Ejercitas tu sentido de interocepción. Es tu sexto sentido, el cual te informa lo que está sucediendo dentro de ti.
Ls interocepción te dice cómo está latiendo tu corazón, te informa sobre el ritmo al cual estás respirando. Te permite darte cuenta de tu diafragma, de tus pulmones, de tus músculos intercostales y abdominales al respirar.
Y eso, mis queridos reconectantes, es la llave para aprender a auto-regular tu sistema nervioso autónomo.
De adentro hacia afuera. Así es como logras cambiar tu estado de lucha o huída por el de calma y reposo. Cuando reconoces que eres amo y señor de tu respiración y de tu sentido de auto-observación adquieres un inmenso poder.
Es el poder de transformar tus emociones bajas en altas. Te conviertes en alquimista de pensamientos y de sentimientos.
Cuando reconectas contigo es cuando te re-conoces. Descubres partes de ti que estaban escondidas, como tesoros. Te reconoces en el espejo de Dios (Universo, Vida, Gran Misterio, Diosa, el Creador, la Naturaleza, Infinito, o como prefieras llamarle.)
Ahí es donde cobra sentido la frase de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. No porque Dios tenga dos ojos, dos brazos y una nariz, sino porque te vuelves creador(a) de tu mundo interior, para transformar lo que sucede en tu mundo exterior.
PARA CERRAR
Hoy creí que no estaba inspirado, pero al soltar completamente a la mente y confiar pude expresarte en algunas palabras la magia de la contemplación, al menos en la forma en que yo la entiendo y la vivo.
Espero que esto te motive a soltar tu PINCHE celular un rato y a contemplar la maravilla de la vida que se desenvuelve dentro de ti, frente a ti y alrededor de ti.
Te deseo una semana llena de calma, de belleza interior y de autodescubrimiento.
¡Ahó!
Reconecta Contigo.
♾️ San ♾️
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