RECONECTA CONTIGO: 083
🕰️ 4 minutos de Reconexión
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DOMINGOS DE BAJÓN 😵
Durante algunos años de mi vida tuve este sentimiento en repetidas ocasiones sin saber que tenía un nombre.
Era normalmente esos domingos en mis veintes, después de ponerme una pedota innecesaria. A veces salía de jueves a sábado, sin descansar ningún fin.
Pero también me acabo de dar cuenta que ese sentimiento no era solo los domingos. Era ahí mismo, en la fiesta, en la Universidad o hasta en la casa.
Cuando sentía ese vacío me echaba un shot con mis amigos, me servía litros y litros de cubas, gin, mezcal, whisky o lo que estuviera a la mano.
Había veces en que no me acordaba de una gran parte de la noche. Y todo esto era súper normal para mis amigos y yo. Lo normal era vivir con estos excesos y acabar a veces a las 8 am. Porque inconscientemente estábamos huyendo de un monstruo llamado vacío. No conocíamos su nombre, pero en cuando sentíamos eso buscábamos rápidamente una escapatoria.
Muchos huimos del vacío con el celular, con Netflix, con “estar muy ocupados”, con relaciones poco sanas, con drogas y varias cosas más.
A este vacío le huimos de forma automática, como cuando estás comiendo súper a gusto en una terraza y llega uno de esos vendedores a venderte una cochinada que no sirve, usando la lástima como propuesta de valor.
Se dice que para exorcizar un demonio, primero hay que conocer su nombre, así que te lo presento: Se llama VACÍO.
¿CÓMO SE SIENTE EL VACÍO?
Este sentimiento yo lo ubico entre el corazón y el plexo solar. Es como un agujero negro que drena tu propia energía.
Al sentirlo, inmediatamente buscas una escapatoria fácil y rápida, porque hay una parte inconsciente tuya que busca protegerte y que estés cómodo en todo momento. Es un mecanismo de defensa mal programado.
Aparece cuando alguien te ignora, cuando te rechazan, cuando sientes que te abandonaron o traicionaron. Aparece cuando no sabes por dónde ir, cuando te sientes insuficiente o cuando te inunda la soledad.
Ouch.
Inhala lento por la nariz. Retén unos cinco segundos. Exhala lento y suave.
Bien.
Este vacío usualmente también viene acompañado de apatía, tristeza, falta de sentido o de propósito.
La vida, o Dios, no lo puso aquí para castigarte. Es simplemente parte de nuestra condición humana. Uno de los temas a conquistar en esta y en otras vidas.
Este tema del vacío llegó apenas hace pocos años gracias a una querida amiga de la Universidad, Adriana Soberón.
En uno de sus posts lo describe muy bien:
Sentir el vacío es comenzar a fluir con la fuerza de la vida. Es decirle que sí al movimiento rítmico de la fuerza omnipotente, y comenzar a danzar entre estas fases de expansión y de contracción.
Al invierno le sigue la primavera, a la oscuridad le sigue el amanecer… Internamente experimentamos sentires de alegría seguidos por sentires de tristeza y de decepción.
Pasamos de sentirnos satisfechos y realizados para después transitar el vacío. Nos ocurre cuando nos encontramos ante aquello que no podemos cambiar: El no ser queridos por quien queremos serlo, el buscar un abrazo de alguien que ya se fue, el no poder ser todo para todos…
La vida está llena de muertes pero también de renaceres. Entonces al vacío hay que verlo, hay que nombrarlo, pero sobre todo, encontrar el espacio para sentirlo.
Al sentirlo encontramos la posibilidad de llenarlo con nosotros mismos.
— Adriana Soberón
PARA CERRAR 📩
Puedes huir todo lo que quieras del vacío, pero inevitablemente te alcanza. Huir del vacío es desconectar contigo.
Hay una frase muy popular: “The only way is through”. El único camino para salir del vacío es atravesándolo, no esquivando, regresando o escapando. Escaparte no funciona, porque es como un tigre. Ahuevo te alcanza.
Existen algunos métodos de meditación muy poderosos en donde entras voluntariamente al vacío, el cual algunos llaman el campo unificado o campo cuántico. Es como un espacio negro donde existen todas las posibilidades. Más que vacío, está lleno de energía invisible y creativa. Entras a esté espacio para liberarte y crear desde el presente.
Así que, de ahora en adelante, te invito a que, cuando sientas ese vacío simplemente observes y te atrevas a sentir. Te darás cuenta de que estás a salvo, que no tienes que huir, congelarte o luchar en ese momento. Todo pasa, incluido el vacío y sus derivaciones.
Atravesar el vacío es justamente reconectar contigo.
¡Ahó!
Reconecta Contigo
♾️ Santiago ♾️
¡¡¡Ya tenemos podcast!!!
Hemos seleccionado los ensayos que más te han gustado y con los que más has resonado. Ahora puedes escucharlo desde la comodidad de Spotify.
Seguiremos subiendo episodios cada semana para que no se te olvide reconectar contigo.
Tienes razón! Nada como poner nombre a las sensaciones y sentimientos, para poder transitar. Gracias siempre!