RECONECTA CONTIGO: 093
🕰️ 5 minutos de Reconexión
🎧 Puedes escuchar el audio mientras manejas, desayunas, te arreglas, cocinas, entrenas, caminas, etc… 🎧
LA BATALLA SILENCIOSA
Junio es el mes de salud mental de los hombres, y hace mucho quería tocar este tema. Porque siendo hombre, he vivido a flor de piel el peso del silencio, de la vergüenza y de la culpa, por creencias erróneas que tenemos sobre nosotros mismos.
Chécate esto por favor:
A nivel mundial, se estima que más del 70% de los suicidios se da en hombres. Otros estudios llegan a calcular hasta el 80%.
525,000 hombres pierden la batalla cada año
43,750 hombres pierden la batalla cada mes
10,058 hombres pierden la batalla cada semana
1,442 hombres pierden la batalla cada día
1 hombre pierde la batalla cada minuto
Está cabrón.
Además, también rara vez recurrimos a servicios de salud mental y emocional: solo alrededor del 30 % de quienes acuden a terapias son hombres.
LOS HOMBRES AGUANTAMOS EN SILENCIO
Como hombres, muchas veces sentimos que nos estamos rompiendo por dentro, sin embargo, pocos contamos con los recursos emocionales para llamar a alguien o para pedir ayuda.
Nos enseñaron a ser fuertes, a no demostrar lo que sentimos. Nos indoctrinaron a no llorar, a sentir vergüenza de sentir.
Que debemos chingarle, y chingarle y re-chingarle en todo momento. Que valemos solo por lo que hacemos y no por lo que somos. Que valemos más por lo que tenemos y por lo que logramos que por lo que somos.
Hay unas versiones muy distorsionadas de la verdadera masculinidad. Por ejemplo, con la narrativa actual, nos han quitado la opción de ejercer la agresión. Cualquier tipo de agresión ya es considerado violencia. Pero ¿cómo podrías meter un gol o ganar una carrera sin un poco de agresión? Dejarías a todos pasarte o ganarte. Esto aplica también para las mujeres. Hablo de las formas sanas de agresión, sin violencia.
Nos han educado a apagar nuestra ira y a contenerla, a guardar la tristeza con llave y candado. A guardar todo dentro, herméticamente. Nos enseñan a reprimir y a suprimir lo que sentimos.
Hasta que explotamos como una bomba de hidrógeno o nos desbordamos como una presa que se rompe en millones de pedazos.
Esto en consecuencia causa depresión, ansiedad, abuso de sustancias y una profunda soledad.
Porque rara vez nos echamos la mano, como lo hacen mis amigas mujeres, que se expresan de forma mucho más libre.
Es una ironía, porque la fuerza masculina busca libertad, sin embargo nos la auto-restringimos. Apagamos nuestra libertad de sentir, de amar y de apreciar la belleza de la vida.
En el tema emocional, vamos como lobos solitarios. No le contamos a los demás lo que nos sucede por dentro, lo que nos inquieta; porque queremos resolverlo solos. Porque nos mata la vergüenza de exponernos y vernos débiles o necesitados. Nos identificamos más con el orgullo que con la vulnerabilidad, la cual en realidad demuestra valentía y coraje.
Las mujeres también sufren muy cabrón, también la tienen bien difícil en varios aspectos. Pero hoy permítanme enfocarme en mis amigos hombres. Porque nos tenemos muy olvidados.
Normalmente nos juntamos para empedar, para comer, para ver deportes. Pero muy rara vez profundizamos en cómo estamos, cómo nos sentimos. Recurrimos a las bromas, al alcohol y a las drogas para minimizar las batallas épicas que libramos en el interior.
LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
A pesar de todo el trabajo interior que he hecho durante los últimos años, hace un tiempo viví algo que, creo que es inevitable en la vida de cualquier hombre.
Experimenté mi dark night of the soul.
Varias veces había escuchado sobre esto y no entendía a qué se referían. Pensaba que duraba unas horas. Pero me duró más de un mes.
Es como una neblina negra y densa que te invade y que no te permite moverte. Te quita la energía para actuar y la fuerza para seguir adelante.
Es diferente a la depresión, pero esto no quita lo fuerte que se siente. Es como si te pusieran a cargar un costal de piedras todo el día, e intentas operar con ese handicap. Es agotador.
Sientes que te vas a quedar ahí atorado y se genera una profunda desesperanza. Y como hombre, generalmente lo vives en silencio. A la única que me atreví a contarle fue a mi terapeuta, que es una gran maestra.
No hubo ningún hombre al que se me ocurrió acudir. Acudí a Dios, le pedí guía y confié en que TODO PASA.
Continuaba con mis días usando somática, usando mis conocimientos en breathwork, meditación y teoría polivagal. Usaba la escritura, la música y la conexión con la Naturaleza para salir del hoyo una y otra vez, una y otra vez.
Pero lo que finalmente me sacó de ahí fue cuando viví una muerte simbólica. Dejé morir esa versión mía que ya había caducado. Para renacer como un fénix desde las cenizas. Y aquí estoy otra vez.
Nadie se enteró, porque la vergüenza - la más densa de las emociones - te invade en esos momentos. “¿Cómo carajos, siendo wellness coach voy a estar pasando una noche oscura? — decía mi ego. ¿Yo, San? ¿El chingón de wellbeing y respiración funcional? A mí no me pasa esto.”
Sin embargo, efectivamente, fue mi caja de herramientas la que me sacó una y otra vez del lodo. Cuando perdí a mis dos clientes más importantes por circunstancias macroeconómicas ajenas a mí y se me cayó un proyecto importante, me fui en picada. Caí en el pozo de la desesperanza.
Hasta que renací.
Y no renací en un ayahuazcazo, ni en una ceremonia mega dramática, y mucho menos en un accidente. No, no, no.
Simplemente me acosté y me dejé “morir”. Solté un último suspiro y permanecí inmóvil, sin aire… hasta que murió esa versión de mí. Le dije adiós, lo honré y le di las gracias.
Y luego mi cuerpo brincó bruscamente para tomar su primer aliento. Aire puro y fresco.
Y heme aquí. Renovado y listo para lo que sigue. Pero con una nueva misión.
PARA CERRAR 📩
Quiero acompañar a mis hermanos hombres en sus procesos. Que sepan que no estamos solos. Que podemos echarnos la mano.
Existen algunos círculos de hombres excelentes por ahí. Y yo acabo de crear uno nuevo con la siguiente misión: Acompañarnos, sostenernos y reconectar con nuestro poder masculino. Actuar como hermanos que se inspiran el uno al otro con sus logros, en lugar de compararse. Que colaboran en lugar de echarse tierra. Que crean con propósito su riqueza. Que buscan el bien del Planeta y no solo el beneficio propio. Somos hombres abundantes, fuertes, generosos y alegres que juntos estamos creando cosas maravillosas.
Se llama RAÍCES.
Si este llamado resuena en tu corazón, entra al link o escríbenos.
Si conoces un hombre valiente que puede resonar con esta aventura, envíale esta carta.
Juntos podemos llegar mucho más alto y mucho más lejos que solos. Dejemos la competencia para los deportes, para divertirnos o para inspirarnos con los logros del otro, no para destruirnos entre nosotros.
¡No mamen!
Es hora de reconectar con nuestra masculinidad poderosa y sana.
¡Ahó!
Reconecta Contigo
♾️ Santiago ♾️
Por aquí puedes empezar tu viaje de reconexión
Por fin tengo un curso en español para ti con una de las herramientas más poderosas para reconectar contigo: la respiración funcional integrativa.
En este mundo acelerado nos damos poco tiempo para meditar o estar en calma con nosotros mismos. La mayoría no saben cómo lograrlo.
Y para esto sirve la respiración funcional. A través de técnicas sencillas lograrás entender el lenguaje de tu sistema nervioso. Y podrás hablarle de vuelta. No habla español, pero sí entiende tu lenguaje corporal, y sobre todo, el de tu propia respiración.
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Siempre orgullosa de ti y contigo