Los que nacimos antes de los 2000’s experimentamos un mundo completamente diferente. Es como si hoy viviéramos en otra dimensión.
A pesar de que ya éramos adictos a la dopamina barata, no teníamos la facilidad de hoy en día para alimentarnos de basura mental a tal velocidad. Podíamos estar por ejemplo viendo la tele por horas o jugando Nintendo.
Había veces que jugaba tanto Nintendo que, cuando me iba a dormir veía a Mario Bros brincando en mi mente. O a Blanka partiéndole la madre a Sagat en Street Fighter. Pero al menos me acordaba de algo y estaba armando estrategias para pasar de nivel.
Hoy que me meto a Instagram o Twitter solamente tengo que mover el dedo, como un chimpancé que, al hacerlo, se gana un plátano.
Cuando tengo sensaciones incómodas o pensamientos no agradables, agarro el celular y scrolleo como un zombi. Hay veces que sé que es mi hora de dormir, pero mi rebelde interior se venga de mí por haber estado trabajando todo el día sin dejar tiempo para el ocio sano.
Entonces el chango bananero mental va devorando las cosas más tóxicas de Twitter. Aparecen noticias sobre el asno que tenemos por presidente y sus descerebrados acompañantes, y resulta una adicción ver toda la injusticia, catástrofe e impunidad que sucede en el mundo.
Al terminar de ver todo eso queda un enorme vacío, porque no hice nada para resolver esos problemas del país y del mundo,
Checa esto. Si te metes a Instagram a scrollear como un cocainómano unos 20-30 minutos y te hago un examen de lo que “viste o leíste” posiblemente reprobarás. Es más, no te acordarás del 80% si te pidiera que me narraras lo que encontraste.
ESTÁS MATANDO TU TIEMPO
Entrar de manera automática al celular es matar el tiempo en el sentido literal de la palabra. Estás perdiendo tu tiempo para siempre. Son horas que se van restando de tu vida.
En el mundo del revés, una viejita, en su lecho de muerte, le dijo a su nieta. — Mijita, me arrepiento de no haber pasado más tiempo en Facebook. Era súper importante para mí ver más fotos de los viajes a Vail de mis amigas. Con sus cascos y goggles y fotos súper todas iguales en la nieve.
Me hizo falta enterarme más sobre los chismes de la familia real y ver cuántos asesinatos al día hay a causa del crimen organizado. Me gustaba llevar la cuenta en mi libretita, me daba mucha paz.
No, no, no, no, no, no. Eso no no pasa en el mundo normal. Y sin embargo ahí seguimos. Porque es una verdadera adicción. No es algo que necesitamos para sobrevivir. Es algo que nos inventamos que necesitamos.
Cualquiera de mi generación sabe que sobrevivimos muchos años sin WhatsApp y una cámara 24/7 para tomar fotos de nuestro pinche postre. Dejamos de usar la mejor cámara del mundo: el ojo humano.
No te estoy criticando a ti específicamente. Estoy hablando de mí y de todos los que somos adictos al celular en diferentes grados de magnitud.
Cuando en lugar de usar el celular permitimos que nos use, nuestra energía está siendo chupada como por un Dementor de Harry Potter.
![La verdadera razón por la que a Harry Potter le afectaban los dementores más que a nadie La verdadera razón por la que a Harry Potter le afectaban los dementores más que a nadie](https://substackcdn.com/image/fetch/w_1456,c_limit,f_auto,q_auto:good,fl_progressive:steep/https%3A%2F%2Fsubstack-post-media.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2Fimages%2Fd16556e6-f782-4088-9320-a9a8bc921cb9_1900x1069.webp)
BUENO YA… ¿QUÉ PUEDO HACER?
Lo primero que te puedo recomendar es la auto-observación. El término en inglés es self awareness. Ya que si ejercitas ese músculo y aprendes a regresar a ti, es menos probable que el remolino de Tik Tok te revuelque.
O al menos aprenderás a salir a la superficie a respirar cuando te dés cuenta de que el remolino ya te está llevando.
Esto nunca lo he hecho, pero a varios les funciona. Hay una forma de poner el celular en blanco y negro. Esto no le gusta a tu chango bananero mental, y será menos tentador que lo tomes de forma automática en tus manos.
Sal a caminar o muévete de lugar. Sal a respirar o platica con una persona en el mundo real.
El que más me ha servido: escoge un nuevo lugar para tu celular donde esté la mayor parte del tiempo, lejos de ti. Yo por ejemplo lo pongo en otro cuarto, y si estoy esperando alguna llamada lo pongo en sonar.
A partir de hoy, prohíbele entrar a tu cuarto. Esto ayudará a tu cerebro a registrar que tu cuarto es para dormir y no para perderte en un laberinto de Youtube.
Trata de disminuir la dependencia de WhatsApp para trabajar. Hoy en día existen plataformas como Notion o Slack, donde puedes comunicarte con todo tu equipo sin jorobarte viendo el celular.
Atrévete a apagarlo por ratos. Déjalo activado solo para llamadas importantes de tus seres queridos o colaboradores. La gente sabrá dónde buscarte.
Aprende a respirar. Si te das cuenta, muchas veces agarramos el celular solo por impulso o por ansiedad. Estamos respirando rápido y por el pecho cuando estamos ansiosos.
En unos meses sacaré mi curso de respiración funcional con la metodología de Language of Breath, para poder guiarte mejor.
Atrévete a sentir emociones incómodas. Sé valiente hacia adentro, no solo hacia afuera. Las emociones son simplemente energía atorada.
Son como el agua, si las retienes se pudren; déjalas fluir para que se puedan liberar. Acuérdate: TODO PASA.
PARA CERRAR
Te recuerdo que soy un adicto al celular en recuperación, y cada vez que aplico estas técnicas siento mucha paz y satisfacción, porque estoy viviendo minutos de calidad, en lugar de tirar mi tiempo al caño.
Checa tu screen time y rétame a un concurso. Hagamos un reto de una semana con el mínimo de screen time y pongamos un premio. Se aceptan propuestas. Nuestro sistema nervioso y nuestra alma lo van a agradecer.
¡Ahó!
Reconecta contigo ( y desconéctate de lo demás un rato).
Que importante lo que escribes. Gracias por la reflexión y por los consejos
👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼 odio el puto celular y me preocupa mucho uno de mis hijos sabe que tiene un problema. Le quite el color a mi tel hace unos meses si jala pero luego por ejemplo quieres activar algo y no se ve bien si esta activo o no por ser puros tonos de grises. Ahorita mismo lo comparto con mi familia tu artículo. Aho